Se puede vivir del arte.
Siempre sucede, alguien quiere ser músico, cineasta, escritor, fotógrafo o artista plástico e invariablemente surge la pregunta ¿Y de qué vas vivir? Como si el trabajo derivado de la creatividad fuera solo un pasatiempo.
En paralelo, no paramos de escuchar de los valores de la cultura emprendedora, la generación de micro y pequeñas empresas, las ventajas del autoempleo y su asociación con los grandes avances tecnológicos.
Arte y emprendimiento parecen dos calles de sentido contrario, generalmente se asocia al artista a la imagen de esa persona introvertida, atormentada y solitaria, mientras que el emprendedor, por otro lado, es extrovertido, carismático y social.
La historia del arte nos ha demostrado que estos estereotipos no siempre se tienen que cumplir, desde los grandes estudios donde se reproducían las obras de Rodin, hasta The Factory, un estudio para artistas lidereado por Andy Warhol, que literalmente era una fábrica de arte producido en serie.
El arte es parte de las industrias creativas y se les llama industrias por una razón, porque generan ganancias, sin más, según estimados del Banco Interamericano para el Desarrollo, el arte representa más del 6% de la economía global, emplea a cientos de miles de personas y supera los 4 billones de dólares de ingresos en el mundo.
La cuarentena a la que nos orilló la pandemia por COVID-19, nos hizo darnos cuenta de lo difícil que sería la vida sin literatura, música, cine, etc.
Tenemos que cambiar la perspectiva, arte y emprendimiento no son dos vías opuestas, pueden ser la misma calle en el mismo sentido, la cultura emprendedora puede tomar como base la creatividad, el arte, la cultura y la propiedad intelectual derivada de estás para generar impactos y beneficios económicos. Los artistas están obligados a pensar más en términos económicos y los economistas en términos creativos para generar cadenas de valor.
Galerías, editoriales, festivales, muestras, colectivos, aplicaciones digitales, son solo algunas ideas que surgen de este binomio.
Hay un mundo afuera que te está esperando para emprender.