Breve recorrido cultural por Chapultepec
Si tuvieras que hacer una lista de los museos más visitados del país ¿por cuál empezarías? Probablemente, tus primeras opciones serían el Museo Nacional de Historia, mejor conocido como “Castillo de Chapultepec ”o el Museo Nacional de Antropología ambos inmediatos referentes del arte, historia y la cultura del país. Quizás, con un poco de suerte estés recordado alguna visita escolar, las indicaciones que diste aquel visitante despistado que se encontraba perdido o las múltiples veces que planeaste ir a Chapultepec para encontrarte con Tláloc, Frida Kahlo, Carlota, un par de osos panda y lago.
La vida cultural de la Ciudad de México es tan diversas como sus habitantes, tanto así que es posible encontrar algún museo, galería, biblioteca, sitio arqueológico u concierto en alguna de sus latitudes. Sin embargo, la mayoría de las veces en el imaginario de los habitantes y visitantes, la mayoría de las actividades y propuestas artísticas-culturales quedan acotadas al Centro Histórico, Paseo de la Reforma y las diversas secciones del Bosque de Chapultepec. Esta idea no está mal fundamentada, históricamente el centro de la ciudad albergó a los primeros recintos museísticos del país.
El primer presidente de México Guadalupe Victoria ordenó la creación del Museo Nacional en 1825, posteriormente fue Maximiliano de Habsburgo quien decretó la creación del Museo Público de Historia Natural, Arqueología e Historia, cuya sede fue la Antigua Casa de Moneda; fue el mismo emperador quien encargó el trazo del Paseo de la Emperatriz , hoy llamado Paseo de la Reforma, fue así como el Palacio Imperial (hoy Palacio Nacional) y el Bosque de Chapultepec con su emblemático castillo quedaron conectados, y fue así como inició la historia de este emblemático circuito turístico-cultural.
Antes de que el nacionalista que habita en tu interior comience una batalla con la historia, el contexto o nosotros, te invitamos a revisar la historia de cada uno de los museos y espacios culturales que hoy en día habitan el bosque, sí, el mismo espacio donde se puede hacer ejercicio, comer, curiosear y descansar.