Historia abreviada de la gráfica en México

¿En qué y en quién piensas cuando te hablan de arte mexicano?

Probablemente en tu cabeza aparezcan los populares personajes del billete de 500 pesos, alguna escultura del Museo de Antropología, los murales de Orozco, Rivera y Siqueiros, la Catedral de la Ciudad de México, un alebrije, el Palacio de Bellas Arte o hasta la publicidad de Zona Maco, no sin antes pasar por la popular Catrina de José Guadalupe Posada.

Actualmente, nuestro imaginario colectivo respecto al arte mexicano está ligado a la pintura, la arquitectura, la escultura y al grabado, sí, al grabado.

La importancia de la gráfica en la vida cotidiana y en la historia del arte es una constante, sin embargo, poco conocida.

Siglo XVIII, un largo viaje desde China

El grabado tiene su origen en el mundo oriental, particularmente en China durante el siglo VII.

 Sutra del diamante(868), el libro impreso completo y fechado más antiguo conocido del mundo

Fue a principios del siglo XVIII este proceso artístico se popularizó en Europa, lugar en el que se convirtió el medio por excelencia para la transmisión de conocimiento e información, dando pie a la creación de la imprenta de tipos móviles y el libro impreso, los grabadores e impresores trabajaron para la creación de libros.

Paralelamente a ello, dentro del mundo del arte, el grabado se diversificó según los intereses estéticos, creativos y formativos de los artistas; fueron los artífices de está disciplina quienes crearon elementos, composiciones e imágenes que traspasaron las fronteras gracias a la reproductibilidad, lo cual convertía sus creaciones en referencias y modelos para otros artistas, así como para el imaginario de quien las veían.

La facilidad con la que se transportaban los impresos fue un factor determinante para la propagación de las obras.

Durante siglos el grabado fue la técnica por excelencia para propagación de conocimiento, imaginarios religiosos, científicos, artísticos y otras inquietudes visuales. Las primeras referencias visuales sobre animales hasta entonces desconocidos; rinocerontes, elefantes, jirafas, guacamayas, leones y tigres provenían de imágenes grabadas.

Descripciones sobre la tierra, el cuerpo humano, así como seres fantásticos y emblemas forman parte de la cultura visual que se construyó a partir de los impresos.

Siglo XVI, la gráfica de la Nueva España

La historia del grabado en el territorio nacional tiene su origen durante el virreinato, durante el siglo XVI con la llegada de los libros a la Nueva España.

El primer grabador en el territorio fue el flamenco Samuel Stradanus, quién llegó en 1603 e introdujo el grabado en metal, algunas de las placas de cobre que usaba aún existen.

La Virgen de Guadalupe rodeada por sus milagros, de Samuel Stradanus

La xilografía (grabado en madera) y la calcografía (grabado en metal) fueron los procesos más comunes durante la época virreinal.

El aprendizaje de las artes se daba en los talleres, los aprendices estaban a cargo de un maestro, este modelo aún sigue presente hasta nuestros días.

Por otro lado, con la fundación de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos en 1781 se sistematizó la enseña, es decir que dentro de los planes de estudio se incluye al grabado.

Siglo XIX, piedra, madera y metal

El siglo XIX en México fue el siglo de litografía (grabado en piedra) con la llegada del italiano Claudio Linati en 1826, quien comenzó a imprimir, fundo el Iri una publicación cuyo contenido mordaz sentó los presentes del mundo de los periódicos y publicaciones.

Linati, Claudio, 1790-1832. Maniere de voyager des Dames au Mexique (Cómo Viajan las Mujeres en México; 1828

La litografía se abrió camino dentro del mundo de la imprenta y la propagación de ideas, los artistas viajantes provenientes de Europa fueron los encargados de realizar algunas estampas sobre las colecciones de arte nacional, así como de plasmar las populares vistas de la ciudades y sitios arqueológicos.

Los impresos litográficos se popularizaron dando pie a diversos talleres de impresión, fue justo en esta época cuando el mundo editorial mexicano comenzó sus historias.

Calendarios, publicaciones sobre la vida cotidiana, estampas de tipos populares y un sinfín de impresos se hicieron presentes; muchas de estas creaciones se volvieron referentes en la construcción de la identidad.

A la par del desarrollo de litografía, se dio el grabado en madera y metal. Fue también durante el siglo XIX, que los panfletos y otros materiales impresos se convirtieron en un instrumento de crítica social y política.

La caricatura cobró gran fuerza por sus contundentes mensajes y carácter irónico. La producción gráfica del último cuarto del siglo dio origen a muchas de las representaciones que hoy en día se consideran emblemáticas dentro del grabado mexicano. Las icónicas calaveras creadas por Manuel Manilla y José Guadalupe posada surgieron durante este periodo.

Siglo XX, un medio y un mensaje

La pluralidad del siglo XX permitió que el grabado extendiera sus posibilidades, al pasar de las décadas las artes gráficas y los artistas encontraron nuevos materiales, procesos e intereses estéticos y técnicos.

La aparición del linóleo fue revolucionaria para las artes, el desarrollo de la linografía tuvo su origen en el expresionismo alemán, al ser un material noble y accesible el lineo se convirtió en un material recurrente, el cual no tardó mucho en popularizarse en el resto del mundo.

En México fue usando por diversos artistas, convirtiéndose en la técnica predilecta de quienes se interesaban en la lucha social, la propagación de sus ideas a través de los impresos.

Sin lugar a duda uno de los principales referentes en la historia de la gráfica nacional es El Taller de la Gráfica Popular fundado en 1937 por Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins y Luis Arenal Bastar, un grupo de artistas cuyo trabajo y estética se interesaban en la lucha social, la denuncia política, los derechos de sindicales, la búsqueda de justicia entre todos temas fueron recurrentes en su producción.

Los materiales gráficos desarrollados por TGF fueron pensados para su venta, lo cual les permitía sobrevivir, este hecho permitió la propagación de su trabajo geográfica y cronológica.

En el taller se crearon panfletos, volantes, estampas entre otros impresos, los cuales eran realizados en diversas técnicas, la litografía y el grabado en linóleo fueron fundamentales. Las obras creadas por el Taller se caracterizan por la representación de los ciudadanos, la tipografía y el mensaje contundente. Desde su creación hasta la fecha el Taller de la Gráfica Popular ha encontrado la forma de mantenerse activo.

Obra del Taller de la Gráfica Popular

Las diversas miradas, movimientos e intereses artísticos de la época permitieron explorar las posibilidades del grabado, de manera simultanea a la gráfica popular se dio la experimentación, el interés por la abstracción y los nuevos materiales.

La Ruptura generó lenguajes, estéticas e innovaciones, sus principales exponentes también se involucraron en el grabado y los procesos de impresión.

La segunda mitad del siglo XX fue el escenario de diversas prácticas artísticas, el arte conceptual, los performances, el uso de medios alternativos entre otros cambiaron radicalmente el concepto y percepción sobre la creación artística. Entre la tradición y la innovación la pintura, la escultura, el grabado e incluso la fotografía se convirtieron en procesos clásicos de la producción artística.

La producción gráfica ha encontrado nuevas formas y medios, el interés por el grabado tradicional y experimental se ha manifestado en las últimas décadas.

El trabajo en colectivo y la consagración de Oaxaca

Las diversas inquietudes plásticas, estéticas e ideológicas de los grabadores y artistas interesados en la gráfica los han llevado al trabajo colectivo. La creación de proyectos como La Ceiba Gráfica, la consagración de Oaxaca como referente, así como la constante aparición de talleres y espacios independientes son un indicador de la trascendencia del grabado en el arte nacional.

Después de este breve repaso por la historia del grabado en México, si lograste sobrevivir a las fechas y datos duros, nos gustaría invitarte pensar en las posibilidades del grabado y la impresión, así como la forman en la que han permeado la vida cotidiana y cultura visual. Los talleres son lugares de convergencias, experimentación y creación, conocer los procesos puede cambiar nuestra precepción, el grabado como todas las disciplinas artísticas no estático.  Si quieres conocer más sobre el grabado te recomendamos visitar el Museo de Nacional de la Estampa, y si tienes inquietud por las técnicas y materiales puedes echar ojo a Taller Ensamble y la Trampa Gráfica en la Ciudad de México

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