En Masa Galería
“Compré las flores en el mercado, me acosté en la tumba y me cubrí de flores blancas. La analogía era que me cubrían el tiempo y la historia.”
Ana Mendieta
Cada ser tiene sus encuentros simbólicos, el lugar o momento son una mezcla de casualidades y elementos que dotan de significado una experiencia.
Hace algunas semanas en compañía de un gran amigo, tuve la dicha de encontrarme con algunas de las Siluetas de Ana Mendieta en Oaxaca, un hecho que para mí fue un golpe de suerte, puesto que desde 1980 (último viaje de la artista este lugar), las obras no habían vuelto a una pisar la tierra donde fueron concebidas y materializadas.
Transcurrieron un poco más de 40 años para que el trabajo de Mendieta volviera al lugar donde comenzó una de las series más emblemáticas de su producción, la cual es un referente en los estudios de arte, feminismo, cuerpo e identidad.
La historia de la relación entre Ana Mendieta y la tierra mexicana tuvo origen 1971, durante un viaja al Valle de Teotihuacán, la visita a este sitio fue en palabras de la artista:
“Un punto de inflexión en mi arte en 1972, cuando me di cuenta de que mis pinturas no eran lo suficientemente reales para lo que quería que transmitiera la imagen. Con real me refiero a que quería que mis imágenes tuvieran poder, que fueran mágicas.”
La relación con la tierra y la naturaleza en un lugar de habla hispana fue para Ana Mendieta un retorno al útero, un encuentro con el origen de su vida.

Las inquietudes artísticas y personales la llevaron a realizar una serie de viajes periódicos a México, durante cinco veranos de 1973 a 1980, Ana viajó a Oaxaca, lugar donde abrazó la tierra, el agua y el fuego como elementos de creación.
La exposición Elementos Vitales: Ana Mendieta en Oaxaca reúne cinco de las siluetas que se produjeron en esta tierra, las cuales dialogan con las instalaciones creadas por cinco artistas y diseñadoras; Adeline de Monseigat, Frida Escobedo, Pía Camil, Solange Pessoa y EWE Studio, quienes a través de diversos materiales se vinculan con los filmes.
Cada pieza, invita a sentarse y tocarla, los materiales cobran sentido ante el ejercicio de observación, puesto que le hablan al tacto al aludir a cada uno de los elementos naturales con los que fueron creados las Siluetas.
El proceso curatorial estuvo a cargo de Su Wu, quien señala la relevancia de las piezas expuestas en el contexto local e internacional, así como el estrecho vínculo que desarrolló Ana Mendieta con Oaxaca. De manera concisa, la curadora relata los aspectos más importantes de la vida del artista, una mujer que desde niña vivió la condición de ser migrante, exiliada y discriminada.
Había que encontrar y conectar con su origen, Mendieta explora la tierra y la vuelve en su elemento de creación: lodo, piedras, arcillas y otros materiales, fueron una elementos recurrente en su práctica artística, como señala Jane Blocker
“La modeló, la quemó y se acostó sobre ella”,
De manera directa la hábito y se integró por momentos a la madre, la diosa y fuente de vida.
Encontrar la magia en la naturaleza le permitió explorar su cuerpo y ser femenino más allá de un vínculo con la tierra en términos sagrados, las siluetas creadas por Ana Mendieta son mujeres, libres, corpóreas y salvajes que pertenecen a la tierra más allá de cualquier nación.
Elementos Vitales: Ana Mendieta en Oaxaca es uno de esos encuentros simbólicos con las prácticas artísticas y el arte contemporáneo. El género, el cuerpo, lo ritual y la identidad que desde siempre interesaron a la artista se emplazan en La Clínica, un espacio público artístico llamado Clínica Santo Domingo.
El proyecto expositivo fue realizado por MASA GALERIA, un proyecto sin lugar fijo, cuyo interés se centra en el arte contemporáneo y su diálogo con el diseño.
El recinto, la curaduría y las piezas que conviven de forma orgánica, brindó al visitante una experiencia completa.

Todas las imágenes: Ana Mendieta Collection, LLC Courtesy Galerie Lelong & Co. Licensed by Artists Rights Society (ARS) New York.