Una película para reflexionar sobre el arte del futuro
El arte puede analizarse desde muchas disciplinas y una película es un excelente vehículo para hacerlo, nadie mejor que un maestro del cine, como lo es David Cronenberg, para hacernos reflexionar, no solo en el arte, también en el futuro, en el dolor y en el cuerpo como vehículo de expresión.
¿De qué trata?
Vigo Mortensen encarna a Saul Tenser, un artista, que junto con su pareja, Caprice, interpretada por Léa Seydoux, realizan actos de performance.
Hasta aquí todo bien, pero resulta que Tenser, sufre del síndrome evolutivo acelerado, una condición del futuro en el que las personas desarrollan espontáneamente órganos sin una función aparente.
Los aristas aprovechan esta condición para realizar cirugías en las que extirpan estos órganos sobrantes como parte de su acto de performance con público en vivo.
Ellos como otros, en la búsqueda de su propia voz artística, llevan estos actos a límites cada vez más extremos, aprovechando que en el futuro, la gente será incapaz de sentir dolor.

¿Por qué el arte?
Además de mostrar las suposiciones del futuro del performance, la película también aborda el arte desde otros puntos, la estética biomecánica o el cuerpo como lienzo sobre el que experimentar.
Algunas frases nos hacen pensar, ya no el futuro, sino en el presente del arte, de las que destaca una principalmente.
“El arte es dolor “
Crímenes del futuro
Y es esas son las preguntas que quedan:
- ¿Cuánto de cada artista queda en su obra y cuánto entrega?
- ¿Cuántas experiencias y traumas deben aflorar en el arte o en su proceso?
- ¿Dónde están los límites éticos y estéticos del arte?
Esa es la invitación que nos hace el maestro del horror corporal y que nos ha entregado clásicos del género como Scanners, Videodrome, The Dead Zone o La Mosca.
La película se encuentra disponible vía streaming en la plataforma Mubi.