Polanco y la Ciudad de México
Calles con nombres de pensadores, escritores y filósofos integran Polanco, una colonia cuyo límites geográficos han sido superados por el imaginario popular.
Polanco engloba a las colonias de Polanco, Polanco Chapultepec, Polanco Reforma y Anzures, las cuales han sido unificadas por todo lo que comparten.
Restaurantes, cafés, boutiques, corporativos, galerías, museos, recintos culturales y una gran cantidad de embajadas la han convertido en un referente de vida cosmopolita.
Desde años, el barrio localizado en el norponiente de la ciudad se ha perfilado como lugar donde la moda, el lujo y la exclusividad se unen.
Por otro lado, para los capitalinos es bien sabido que llegar y salir de Polanco es toda una odisea, ya sea en auto o transporte público las horas pico se vuelven una tortura.
Muchas veces los lugares en donde trabajamos, vivimos o frecuentamos se vuelven cotidianos y ajenos a la vez, no tenemos tiempo de observar, elegir nuevas rutas o simplemente caminar con calma, todo lo anterior parece imposible en una zona de oficinas, restaurantes y bullicio.
Sin embargo, cuando se hace una pausa para respirar es posible apreciar todos aquellos detalles que pasan desapercibidos, como parques, glorietas y aceras con sombra, las plantas y árboles cobran otro sentido al percibirlas, es así como entre propuesta vanguardistas arte, diseño y cultura los jardines, plazas y áreas verdes emergen como oasis en la ajetreada colonia.
La historia de Polanco
Más allá de la vida comercial y empresarial se encuentra el emblemático Parque Lincoln, conocido hasta 1966 como Parque Central de Polanco, el cual cambió nombres después de que el gobierno estadounidense regalará a la nación una que recrea la figura de Abraham Lincoln, celebre personaje quien se opuso a la intervención americana. Paradójicamente, el parque adoptó su nombre de manera oficial.
Hoy en día es posible apreciar la escultura original creada por Augustus Saint-Gaudens, la cual se localiza sobre la calle de Julio Verne. Ese señor frente a una silla es el famosísimo Lincoln, el del discurso de Gettysburg.
Al caminar por el parque es posible reconocer algunos de los elementos más representativos, entre ellos La Torre del Reloj la cual cuenta con una galería para exposiciones.
Este espacio fue diseñado por Enrique Aragón Echegaray en 1937, quien lo proyectó como un palomar que llegó a tener tres mil nidos, pensemos que para la época esto era visto como un gran atractivo.
Haciendo un breve repaso por la historia de Polanco y sus alrededores, resulta fundamental hablar de la época virreinal cuando el rey Carlos V, donó a Hernán Cortés los terrenos que conforman La Hacienda de San Juan de los Morales, como su nombre lo indica la hacienda se fundó para trabajar, por muchos años este lugar estuvo dedicado exclusivamente al cultivo.
Fue en la época posrevolucionaria que surgió la idea de fraccionar las tierras, esta iniciativa fue realizada por De La Lama y Basurto, quienes ya habían impulsado otros proyectos en la ciudad.
Su arquitectura
La cercanía con Paseo de la Reforma y el Bosque de Chapultepec posibilitaron la creación de un entorno tranquilo, sin bullicio sin el ajetreo de la ciudad, pero bien conectado, por tal motivo, se convirtió en uno de los lugares favoritos de la clase media-alta y alta para avecindarse.
En las calles es posible encontrar ecos del estilo colonial californiano, vestigios de las casonas con enormes jardines, dónde el auto y la vida aún conviven en aparente armonía.
Fachadas de las décadas de los cuarenta, cincuenta que conviven con los condominios creados durante los sesenta, el periodo en el cual la colonia tomó el aspecto que hasta la fecha conserva.
El boom de los rascacielos colocó a la zona nuevamente en el radar, sin embargo, sismo 1985 sería determinante para que muchos de sus habitante se desplazarán, no obstante, Polanco ha conservado como habitantes principales desde su creación a comunidades judías, españolas, libanesas y alemanas.
En la colonia podemos encontrar templos religiosos que destacan por su arquitectura, sinagogas, iglesias católicas y otros espacios de recogimiento espiritual permiten ubicarse entre las calles.
Dentro de los templos católicos destaca la Iglesia de San Agustín, un proyecto de Leonardo Noriega y Juan Valero Capetillo, la cual fue fundada en 1949, cuya fachada se ha convertido en todo un referente de la zona, la parroquia ubicada en la calle de Horacio se ha convertido en unos de los sitios más fotografiados.
La sinagoga Maguen David es otro de los referentes religiosos arquitectónicos, cuyo vitral fue creado por Mathias Goeritz, quien utilizó la luz para inundar el espacio sagrado.
A la par de estos espacios espirituales es posible encontrar arquitectura funcionalista, condominios y torres corporativas que hacen evidente el paso del tiempo.
Los imperdibles
Dejando a un lado el patrimonio arquitectónico y diseño urbano, Polanco ofrece una serie de atractivos artísticos y culturales poco conocidos.
En el número 29 de la calle Tres Picos se encuentra La Sala de Arte Público Siqueiros (SAPS), un recinto que alberga y exhibe la biblioteca, obra y algunos materiales del afamado muralista, así como arte contemporáneo.
La posibilidad de observar y descubrir propuestas artísticas no queda relegada a este museo, puesto que se pueden encontrar galerías dedicadas a las antigüedades, el diseño, al arte moderno y contemporáneo, pintura de caballete, murales, arte urbano, performance, escultura, grabado, instalaciones, arte conceptual, producción audiovisual y experiencias inmersivas conforman la vida artística de Polanco.