Una comunidad alcanzando la luz desde el arte
Entrar en el edificio de la Fundación Casa Wabi, es entrar en un ambiente muy distinto al de la Ciudad de México en la que habita.
Tal vez es ese aire de barrio que le otorga la colonia Santa María la Rivera, tal vez es el antiguo caserón que lo resguarda y me transporta a otra época o la extraña sensación de clama y paz que me embarga ya adentro, a pesar de que mi anfitrión, Alberto Ríos de la Rosa, me advierte del ruido de la calle que se cuela por las ventanas y que a mi me parece que enriquece más el ambiente.
El nombre de la Fundación proviene del término japonés Wabi-Sabi, una visión que busca lo estético en la imperfección y lo efímero.
Actualmente la Fundación opera dos proyectos de residencias, Casa Wabi en Oaxaca y Casa Na-No en Tokio, los programas de Barro y Cine que se llevan a cabo en la Costa Oaxaqueña y dos espacios de exposición, uno en Casa Wabi y otro en Santa María la Rivera, el espacio en el que me recibe Arturo Ríos de la Rosa, Maestro en Historia del Arte y curador.
Un cubo de luz recorre verticalmente el espacio y ahí crecen plantas que dominan toda la casa buscando el sol.
En un mundo del arte dominado por las prácticas mercantiles, me parece que la labor de la Fundación Casa Wabi es como el crecimiento de esas plantas, un trabajo que solo en colectivo puede alcanzar la luz en lo más alto.
Platico con Alberto sobre el trabajo de la fundación, sobre libros, series y arte.
Escuchen a continuación nuestra charla y no dejen de visitar Casa Wabi y su espacio de exhibición en Doctor Atl 62, Santa María la Ribera, CDMX.