Seis breves crónicas de la creación desde el aislamiento
Es curioso como en la Ciudad de México, la primavera puede ser más calurosa que el verano, y por lo mismo, es también la época más bulliciosa del año o solía serlo.
Ferias, conciertos, festivales y eventos en general han sido cancelados o pospuestos para tiempos más benignos y tal vez menos cálidos. Los encuentros, programados o casuales, también tendrán que esperar.
Es ahí donde pesa, en los encuentros, en el extinto contacto con otros, y de ahí nace una urgencia por saber cómo se encuentran los demás, conocer su estado nos permite darle un poco de sentido al propio o al menos constatar que no estamos pasando por esto solos.
En mi curiosidad quise saber justo eso ¿cómo lo están enfrentando los artistas? Los que tenían exhibiciones programadas, obras, investigaciones o estudios en proceso.
Fueron seis creadores los que generosamente me contaron sus experiencias en estos momentos y que describo a continuación.
Jules Carp
Jules pinta en un pequeño estudio en su departamento, un refugio en el que pasa la mayor parte del tiempo, rodeado de música, el lugar al que va a imaginar y crear su propio universo, el lugar al que va para escapar. Imagina historias que se cuentan a través de objetos y las personas implícitas en ellos, retratos que transmutan en autorretratos.
Cuando no está creando (escapando) en su estudio, se siente expuesto, con miedo, enfrentando a un enemigo invisible, el vacío, aunque curiosamente su mejor arma para enfrentarlo sea la soledad.
Cree que para salir de este periodo será necesaria la resiliencia y el amor, es para nosotros el momento para crear mayor entendimiento y comunicación social, de enfrentarnos con nuestra propia vulnerabilidad.
“El arte en esta etapa puede ayudarnos a documentar desde varias realidades lo que está pasando y así no olvidar”.
Jules Carp
El arte para Jules es su lugar seguro o lo que para él representa la canción “Safe In My Garden” del grupo The Mamas & The Papas.
Dimos por sentadas algunas cosas que antes nos molestaban, pero ahora extrañamos, el ruido, los traslados eternos, los olores, la gente que, aunque indiferente, estaba ahí, teníamos un mundo rico en experiencias que se ha reducido a cuatros paredes y pocas sensaciones.
Javier Andrés
La movilidad es limitada para Javier, no solo por las condiciones de aislamiento en las que nos encontramos y por una pierna enyesada casi hasta la rodilla, es la cancelación de eventos culturales, las actividades de las galerías y, por supuesto las exposiciones, algunas en las que ya estaba programado, las que constriñen su movimiento.
Sin embargo, se siente optimista sin negar la incertidumbre, sus condiciones de trabajo no se han modificado mucho, ya que está acostumbrado a crear en aislamiento, su casa es, a fin de cuentas, su espacio de trabajo y aprovecha bien el tiempo para crear más obras, algunas que ya tenía por encargo, y otras con las que planea estar listo para el momento en el que reciba buenas noticias.
Javier pone en palabras algo que todos estamos descubriendo:
“Hoy más que nunca, las personas están dándose cuenta de el gran valor que el arte tiene en nuestras vidas”.
Javier Andrés
Su forma constante de producir y trabajar refleja lo que el arte es para él, el catalizador de su felicidad, el motor que lo hace sentirse útil y creativo, su salvación.
Los parques públicos ahora son de uso especial para los perros, los pájaros cantan para los pájaros, la vida afuera se ha vuelto un espectáculo exclusivo para los que deben salir o para los que siempre han estado afuera.
Gorka Larrañaga
En contraste Gorka nos cuenta su experiencia desde su casa en Rábano en Valladolid, España.
Para él, la situación actual solo pone al descubierto que dedicarnos a las apariencias y a la acumulación de bienes es una estrategia fallida y poco útil para una crisis de la que solo podemos salir poniendo la vida y las convicciones por delante.
Actualmente trabaja en una serie de obras comisionados, en cuanto a la investigación artística, aprovecha este particular momento de reflexión y virajes para introducir cambios en el trabajo.
Algo ha cambiado en la forma de enfrentar su trabajo, no es la soledad del estudio o la angustia por la duda de lo que crea, es el silencio externo, esa sensación de que está pasando algo muy trascendental que afectará la vida de todos.
“Lo desconocido siempre genera vértigo”
Gorka Larrañaga
En cuanto lo que podemos esperar Gorka considera que aún no tenemos una perspectiva que nos permita dimensionar lo que está sucediendo o lo que va a suceder. Cree que todo esto es mucho más grande de lo que podemos imaginar desde nuestro confinamiento. De todas formas, y venga lo que venga, será todo consecuencia de nuestras acciones de “vanidoso mono loco”, “vanidoso mono sordo, ciego y mudo”.
Un edificio se derrumba, su inmensa nube de polvo nunca se desvanece, permanece por siempre con sus diminutas partículas de polvo, partículas del edificio que fue, esa es una sensación que conocemos bien quienes vivimos en la Ciudad de México. Así será esta etapa en nuestras vidas, nunca se irá.
Elizabeth Casasola
El miércoles 11 de marzo Elizabeth estaba en Madrid, ese día se suspendieron las clases en el máster que estaba tomando, para el jueves ya se encontraba en un avión rumbo a México, las horas de vuelos las pasó escribiendo un texto sobre el apocalipsis y las nuevas disposiciones de los espacios, las casa como un campo de concentración y sobreexplotación.
Seguramente sus pensamientos eran infundidos por el nerviosismo, temía no poder estar con su familia, estar aquí la hace sentir muy bien.
Su lucha, como la de muchos, es interna, trata de mantenerse ocupada, retoma sus clases en línea, lee, reflexiona y siente incertidumbre por todo lo que ha quedado en suspenso, ferias, exposiciones y clases que tenía programadas para el Fotomuseo de Cuatro Caminos, que hoy sabemos, ha cerrado sus puertas de forma permanente por no poder sostener la situación.
Al salir de esto, cree que debemos poner nuestra atención en la felicidad, en dejar las divisiones y creer en el valor de las personas. En eso el arte para Elizabeth tiene un papel importante, especialmente en tiempos de pandemia.
“El arte ha curado corazones rotos toda la vida, seguro que cura esto”.
Elizabeth Casasola
¿Qué significa todo esto? ¿Qué lecciones tendrá? Es muy prematuro apostar por alguna hipótesis, los hechos están frescos como heridas que no sabemos si podremos curar, si nos dejarán cicatrices, lo único seguro es que no lo podremos olvidar.
Carola Sánchez
Carola esta trabajando en esculturas con piedras y técnicas de estofado en oro. Como todos nosotros tiene más tiempo, pero confiesa que no necesariamente toda la concentración.
Esa falta de concentración puede deberse más a las preocupaciones que le generan las personas que no están acatando las normas sanitarias. Cree que de esta crisis surgirá una división entre quienes efectuarán un cambio de conciencia y se conectarán con la sociedad, contra aquellos a los que realmente no les interesa.
Por lo pronto su objetivo es trabajar en ella misma, descubrirse creativamente, durante y después del aislamiento.
En lo que toca al arte se muestra positiva, no lo ve como una cura, pero sí como una herramienta de educación.
“El arte es la pomada al alma, sería fantástico que nos vacunáramos de arte, y se salvara la gente”.
Carola Sánchez
Le encantaría que, de la cantidad de libros, películas, registros de operas, teatro y danza, documentales entre otros que la gente comparte, salgamos más lectores, con más ganas de consumir arte y darle el lugar que se merece, para conseguir de todo esto una sociedad más humana y sensible.
El miedo es una sensación generalizada, miedo a comenzar de nuevo, miedo a perdernos en el camino, a perder el abrazo de alguien. Se trata de eso de vencer el miedo.
Elisa Salas
Para estos días Elisa debería estar realizando una residencia de arte en Japón, largamente anhelada, el anhelo se ha convertido en duelo y el duelo en creación.
De ese proceso ha surgió un poema sobre un naufragio seguro que se convertirá en un caligrama sobre el que está trabajando en estos momentos.
Solía trabajar en cafés, arrullada por las conversaciones de la gente o escuchando la retroalimentación de amigos y colegas, en contraste, ahora debe trabajar con la soledad y la incertidumbre como compañía.
Para ella el arte es esa tabla de salvación que nos rescata del aburrimiento y le da sentido a nuestra vida.
“El arte puede dar esperanza y puede inspirar a crear. El arte puede contribuir con rayitos de luz que dan algo positivo dentro de las sombras de los días”.
Elisa Salas
Mientras escribo esto, afuera en la calle se escucha a un grupo de marimba, forzado a dejar la comodidad de los eventos sociales para otorgarnos una serenata improvisada compuesta por un repertorio de cumbias y Coldplay. Algo me conmueve de esta acción, el gesto solidario de los vecinos que no solo dejaron sus actividades para salir a los balcones a escuchar, sino que buscaron cualquier forma para cooperar con el conjunto, aunque fuera con unas pocas monedas. La música puso en pausa nuestras actividades, pero también nuestras preocupaciones y miedos, por un momento nos trajo calma, demostrando, una vez más el innegable poder curativo del arte.